Luego de entrar al Patio de Ramsés II, volteen y miren hacia atrás. En la esquina noroeste del patio, recostados contra el Gran Pilono se hallan los restos de uno de los santuarios de Amón más antiguos de la ciudad, construído por Hatshepsut y Tutmosis III. Cada una de las aberturas está consagrada a un miembro de la Tríada Tebana: Amón, Mut, y Jonsu. Frente al santuario se encuentran cuatro columnas papiriformes. Veremos más de éstas en el Patio Solar de Amenhotep, pero por ahora, regresemos al Patio de Ramsés.
Notarán que aparte de la porción cedida a la mezquita, el área está rodeada por una doble hilera de columnas papiriformes cerradas. Esta porción del templo es un ejemplo de lo que se conoce como sala peristila. La diferencia entre una sala peristila y una sala hipóstila es la ausencia de techo. Una sala peristila es un patio rodeado por columnas. Una sala hipóstila tiene un techo que reúne las columnas. Esta también se conoce como la Galería del Faraón debido a las colosales estatuas del faraón intercaladas entre las columnas. Noten que todas las figuras en posición erecta tienen su pierna izquierda hacia adelante, como avanzando hacia el futuro. Esta es una de las pocas convenciones en el arte colosal egipcio, utilizada para representar movimiento y quizás, liderazgo. La mayoría de las estatuas que tienen ambos pies juntos son creadas como figuras momiformes para representar al rey como Osiris.
Si observan de cerca, verán nuevamente que las estatuas incluyen la pequeña figura de una mujer. La inclusión de Nefertari en tantas de las estatuas, inscripciones y tallados de Ramsés es sólo una indicación del alta estima en que tenía a su reina favorita. Su afamada devoción por ella se extendió más allá de la muerte. La tumba de Nefertari en el Valle de las Diosas es considerada por muchos como la más hermosa tumba egipcia descubierta hasta hoy.
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