Según avanzamos hacia las porciones originales del templo, pasamos dos colosos más que sirven como guardianes del recinto interior del templo. Detrás de éstos, pueden ver la Columnata de Amenhotep. Esta estructura se extiende 236 pies (72 metros) a lo largo del Nilo y consiste de dos hileras de siete columnas con capitel en forma de papiro abierto, cada una de aproximadamente 52 pies (16 metros) de altura. Como verán, a través del templo todos los muros interiores y las columnas han sido tallados con inscripciones: escenas del festival de Opet, la construcción del templo, enemigos derrotados entregando tributo, y grandes eventos en la vida de los faraones.
Cuando murió Amenhotep III, los muros y columnas de la Columnata aún no habían sido decorados. Normalmente, su hijo y sucesor hubiera terminado la construcción de la columnata. Pero Amenhotep IV prefirió cambiar su nombre a Akhenatón, mover la capital de Egipto 200 kilómetros al norte y prohibir el culto a los dioses antiguos. No fue sino hasta el reino de Tutankhamón que se comenzaron a hacer los grabados en estas columnas y muros. Estos fueron terminados más tarde por Horemheb, quien curiosamente, mandó a remover el nombre de Tutankhamón, presumiblemente porque el niño-rey habia sido corrompido por su asociación con la herejía atoniana.
El relieve en ambos muros de la columnata muestra las actividades del festival de Opet en detalle. Este comienza en la esquina noroeste de los muros y se extiende hasta la esquina noreste. Por diez días los dioses residían en Luxor. Los grabados explican las ceremonias que se llevaban a cabo para celebrar el rejuvenecimiento de Amón y por lo tanto, del faraón. Los rituales garantizaban que el orden se mantendría intacto durante otro año.
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